Cuanta dulzura que se desvanece día a día,
El tiempo que pase con tigo y sin ti,
Otoños de llanto sufriendo por ti,
Un silencio eterno enmudeció mi vida,
Con una lagrima tuya y una lágrima mía,
Con una estrella brillante te confundí,
Y le pedí a Dios que vuelvas a mí,
Descansa en el cielo donde estas,
Deja que llore tu ausencia un segundo más.
Jésica Mamaní
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